jueves, 25 de agosto de 2011

La historia de los Pueblos Originarios

Cultura | Colaboración

La historia de los pueblos originarios

domingo 21 de agosto de 2011

“Somos la necia historia que se repite para ya no repetirse, el mirar atrás  para poder caminar hacia adelante" (Micaela Bastidas, compañera de Tupac Amaru y precursora de la independencia americana). En entrevista con Nuevo Diario, el indígena misionero José Bautista Flores, reivindicó la gesta de la sangre indígena en la emancipación de América, y pidió a los jóvenes comprometerse con la nueva causa para no seguir tergiversando la cosmovisión de los pueblos originarios. 

“El santiagueño es el hombre originario del quebracho, del lapacho, del algarrobo, y está ahí su esencia. Son los santiagueños mismos parte de esa gran riqueza que es la madre naturaleza”. Sabias palabras de Don José Bautista Flores, historiador, periodista quechua andino e integrante del Consejo de Ancianos de la Nación Guaraní (Misiones), que visitó días atrás nuestra provincia, invitado por la organización del XIII Festival Internacional de Cine de Derecho Humanos, para lo que fue la presentación de la muestra de banners titulada “La historia ocultada, 500 años de Resistencia y Revolución indígena por la Soberanía de los Pueblos Libres de América”.

La profunda cosmovisión y el alto grado de desarrollo cultural que tuvieron los pueblos originarios que habitaron este suelo americano, es uno de los tantos debates postergados que nos debemos los argentinos como nación pluricultural. Para avanzar y crecer en este nuevo tiempo, los actuales movimientos indígenas pretenden rescatar desde el olvido, el pensamiento y la acción de aquellos hombres que supieron dar lo mejor de sí para la consolidación de una Patria Grande, sin reconocimientos de fronteras. Desde un nuevo paradigma, José Flores respondió a una serie de consultas planteadas por Nuevo Diario en el marco de su visita. 

-¿Cuál fue el aporte indígena en los distintos procesos libertarios que experimentó el continente americano tras la llegada de los españoles?
- Tupac Amaru, Juana Azurduy, el comandante guaraní Andes Guacurari, luego San Martín, Belgrano, Güemes, Artigas, Monteagudo, Bolívar, Mariano Moreno, Castelli, por nombrarte algunos, fueron los libertadores de América, porque demostraron un verdadero compromiso con la causa revolucionaria en esta parte del continente. Fueron ellos los que concibieron un ideario que sirvió como plan para la libertad de América y como programa de liberación de los países que hoy integran América del Sur. La construcción de la Patria Grande quedó frustrada al inicio mismo de la Revolución de Mayo por culpa de la oligarquía porteña, y así comenzaron a dividirse los países, se perdió la verdadera esencia de la libertad y se distorsionó la unidad que se buscaba para toda América”.  
 
-¿Qué cosas no sabemos de nuestros próceres argentinos?
- Tenemos que resignificar el legado de San Martín, que fue hijo de una india guaraní, doña Rosa Guaru, y destacar la participación de Artigas, que fue nieto de una hermana del inca Tupac Yupanqui, y rescatar la figura de Manuel Belgrano, que fue hijo de María Josefa González Casero, nacida en la ciudad de Buenos Aires, de familia procedente de Santiago del Estero. Pero tenemos que rescatar sobre todo el valor de la causalidad histórica, porque estos hijos de los pueblos originarios, son los que encabezaron los procesos libertarios de América. Todos ellos tuvieron el  pensamiento y la acción tupacamarista, su ideología y su política libertaria americana. También tenemos que rescatar a otro gran héroe anónimo ocultado y sepultado por el racismo historiográ-fico porteño, que fue el trompetista Miguel Chepoyá, uno de los guerreros que más cerca estuvo de San Martin, Belgrano, Bolívar y José Antonio de Sucre en la batalla de Ayacucho. Con su trompeta marcaba los ataques precisos, las retiradas, los descansos y hasta los nuevos amaneceres.

-¿Qué otros héroes olvidados tiene este país?
- A quien tampoco se le dio valor fue a otro gran héroe guaraní, como lo fue el comandante Andrés Guacurari, quien luchó al lado de Artigas contra el imperio lusitano, españoles y paraguayos. Además, tuvo que luchar contra la traición de los porteños que lo declararon de enemigo a Artigas. Este hijo guaraní, tuvo una tremenda gesta revolucionaria porque no solamente pretendía la liberación del  pueblo guaraní, sino la liberación de los pueblos de América, sin distinción si sus hombres eran o no indígenas. Aquí radica la gran la prohibición histórica, porque ahora mismo está en discusión la constitución de la pluriculturalidad y plurinacionalidad, que ya es una realidad en la Constitución boliviana, ecuatoriana, venezolana y también ahora en Perú se está planteando este tema. Esta visión ya la tenían  los pueblos originarios.

-¿Qué cosas no nos enseñó la escuela?
- Los maestros repitieron la historia que escribió Bartolomé Mitre, y que escribieron luego otros historiadores sobre la “canallada” que traicionó el proceso revolucionario de América. Nosotros repetimos todo lo que nos enseñaron los cuentistas de la historia tergiversadora. A Tupac Amarú, por ejemplo, lo conocimos gracias al mensaje de los músicos que lo nombran en sus letras, al igual que Juana Azurduy, Juan Calchaquí, y así en el tiempo nos quedaron “chispas” de esta raíz cultural. Ahora, con este nuevo proceso histórico que se despierta en América, se está reconstruyendo y dándole un valor histórico, ideológico y geopolítico a esta gran patria americana con el Unasur. Vemos así que están renaciendo las provincias unidas de Sudamérica y esto es lo que los jóvenes deben continuar, para esclarecer la historia olvidada a través de los medios de comunicación.

-¿Y cuál es el papel que le compete a los medios?
- Los medios tienen que establecer una verdadera comunicación popular, y darle otro sentido a lo que realmente tiene valor para nuestra patria. Hay que descontaminar la verbalidad de las palabras que encontramos en los medios masivos. Cuando logremos esto, ayudaremos a este proceso de reencontrarnos todos los indio-afro-latinoamericanos, para construir la anhelada Patria Grande que soñaba San Martín, Bolívar, Francisco de Miranda, Artigas, Juan Calchaquí, Andrés Guacurari y todos aquellos héroes y precursores que murieron en el proceso de la independencia.

-¿Es posible realizar este sueño de estos héroes en pleno siglo XXI?
- Claro que es posible, porque ya se está desmoronando el sistema capitalista, vergonzoso y perverso de la acumulación desde la avaricia. El pueblo americano busca otra alternativa y la clave está en el sistema, el modelo productivo y de consumo comunitario y colectivo que tienen los pueblos originarios de América. Es necesario aplicar un nuevo accionar del pensamiento, con toda la tecnología y saberse actuales, ahí esta la solución. 

-¿Sería un modo de contrarrestar la fuerza del sistema capitalista?
- Es que el capitalismo está en bancarrota financiera, pero también está en crisis su ideología, porque entre ellos mismos también se enfrentan y es posible que se reinventen nuevas guerras. Por eso invaden Irak y Libia, porque necesitan recursos para seguir viviendo como una sociedad, ni siquiera de consumo, sino más bien como una sociedad del derroche. Cuando las reservas naturales se acaben por los efectos propios del cambio climático (como ocurre en Miami que está colapsada por la falta de agua) van a venir por los hielos continentales de nuestro país y por el acuífero Guaraní. No dudo de que la próxima guerra sea un nuevo invento para llevarse nuestros últimos recursos naturales, que en algún momento va a tener un valor superior al petróleo, cuando éste sea reemplazado con energías alterativas, como la energía solar y eólica. No en vano, están las bases norteamericanas en nuestras costas del Atlántico, en Perú, Colombia y tantos otros lugares. El imperio siempre se reinventó mediante guerras, porque no tienen una alternativa creativa para salir de la crisis de otra manera, y en ese sentido, utilizan los medios de comunicación como ejércitos para su sostén.
  
-¿El revisionismo histórico ha aportado lo suficiente para revertir la mirada sobre los pueblos originarios?

- Desde luego que ayudaron, pero sólo aquellos historiadores que se comprometieron de una forma seria, como Osvaldo Bayer. Hay otros que propugnan la revisión, pero para estancar la liberación de los pueblos originarios. Igual que hace 200 años, hay historiadores e intelectuales que se prestan al juego para que se quede el status quo y no para contar el otro lado de la historia.

-¿Qué datos históricos conoce sobre la vida indígena en Santiago del Estero?
- De Santiago tenemos que destacar la espiritualidad del pueblo quichua y tonocotés, pero lo lamentable es que el quichua santiagueño se está mezclando peligrosamente y no se está separando de los discursos y las posiciones culturales dominantes. Santiago tuvo una riqueza impresionante desde la semiótica de los pueblos originarios. Este fue un pueblo que desarrolló la astronomía a través de los espejos astronómicos hechos en piedra. Hay que rescatar el valor no solamente personal, sino histórico de un gran historiador como lo fue el Dr. Dick Ibarra Grasso, él fue el que mejor escribió sobre las culturas latinoamericanas. Fue el único que hizo el mapa semiótico-indígena de la Argentina, y este trabajo demuestra toda la sabia originaria quichua y tonocotés, e incluso algunas incursiones de la cultura Qom.

-¿Tuvo la posibilidad de conocer a estudioso más contemporáneos de la lengua quichua santiagueña?
- Sí, a Domingo Bravo, y admiro mucho su obra. Su hijo fue docente de la Universidad Tecnológica de Tucumán. Yo creo que el quichua, como pasa con todas las lenguas originarias, la influencia del castellano le fue dando sus tónicas y formas lingüísticas. Los estudiosos deben tener en cuenta este tema, y revalorizar primero como matriz la lengua quichua como verdadero perfil de la identidad santiagueña.    

-¿Qué propone Ud. para resolver esta desaparición de lenguas indígenas?

- Para nosotros, la educación bilingüe e intercultural no es más que un proceso de depredación de nuestras lenguas originarias. En contraposición, en el Congreso de Educación Bilingüe Intercultural planteamos la educación autónoma hasta el tercer grado, en manos de los abuelos y docentes indígenas, porque hay una contaminación de las palabras en nuestros idiomas. Pero también tenemos la contaminación subcultural del imperio, que establece mecanismos de comunicación y estereotipos que están en contra de la verdadera identidad. Los chicos ya no quieren hablar quichua o guaraní, porque sencillamente “se integran a la otra sociedad”,  tratando de borrar hasta su portación de rostro moreno, para poder actuar como un “blanco”. Si volvemos tiempo atrás, Sarmiento fue uno de los que prohibió el uso de las lenguas originarias, y mucho más atrás, el Papa León VIII, decía que los indios “no teníamos alma”. Este fue un proceso etnocida que duró más de 500 años. Sin embargo, nunca pudieron matar esta raíz y ahora estamos reverdeciendo, retoñando frente a esas cargas de imposición y contaminación ideológica, verbal e histórica.   

Omar Estanciero.

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